El FBI ha confiscado los tres dominios a instancias de un juez y estarán a la espera de un juicio para considerar si han cometido un delito.
Los tres sitios se dedicaban a ofrecer aplicaciones de pago del Google Play a un precio gratuito hasta que un juez decidió pedir al FBI que se confiscaran los dominios como medida preventiva hasta que se decida si los sitios violaban o no el copyright.
De momento si intentamos acceder a cualquiera de los tres sitios, nos encontraremos con una advertencia de que el sitio se encuentra cerrado y un intento de evitar la emulación de este tipo de sitios. Por supuesto desde nuestro punto de vista, podría ser claramente una violación de copyright. Desarrollar una aplicación no solo exige mucho tiempo, sino creatividad y exclusiva dedicación. Todo el esfuerzo sería en vano si después el desarrollador no va a ser remunerado.
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